El ejercicio físico mejora la sintomatología en pacientes de fibromialgia, favoreciendo una mejor condición física y calidad de vida, según las conclusiones de un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Zaragoza. |
La mejora de la condición física, el efecto social y emocional de la actividad física y la influencia que tiene la actividad física sobre la liberación de endorfinas y sobre la regulación del metabolismo de la serotonina (neurotransmisor que regula el dolor) pueden ser la explicación de estas mejoras.
El proyecto de investigación lleva por título «Actividad física terapéutica en pacientes diagnosticadas de fibromialgia» y ha sido dirigido por Alejandro Legaz Arrese, doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte, y Enrique Serrano Ostáriz, doctor en Medicina y Cirugía y profesor de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud.
También han participado en el mismo Nerea Estrada, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte; Mariano Marín, doctor en Medicina y Cirugía y Jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital Clínico Universitario «Lozano Blesa» y Adoración Villarroya, doctora en Medicina y Cirugía y profesora de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud.
La fibromialgia es un síndrome de etiología desconocida, caracterizado por dolor musculoesquelético difuso, crónico y benigno, de origen no articular de más de tres meses de duración y la objetivación de unos puntos dolorosos en áreas anatómicas específicas. Se acompaña habitualmente de insomnio, cansancio generalizado, rigidez matutina, sensibilidad al frío, pérdida de memoria y concentración, problemas de piel, colón irritable, ansiedad y depresión.
Su prevalencia estimada en la población española mayor de 20 años es del 2,37 por ciento, por lo que alrededor de setecientos mil españoles mayores de esa edad tienen criterios de fibromialgia. Por sexos, la prevalencia entre los hombres se estima en un 0,2 por ciento, frente a un 4,2 por ciento en mujeres. Aparece en todos los grupos de edad, encontrándose un pico entre los 40 y 49 años.
Los pacientes diagnosticados de fibromialgia tienen una calidad devida inferior a la mayoría del resto de enfermedades. Se ha calculado un coste anual por paciente de 2.274 euros, una media de 9-12 visitas anuales al médico y una hospitalización cada tres años. Entre un 15 por ciento y un 50 por ciento de los pacientes reciben pagos por incapacidades laborales o no pueden realizar la jornada laboral habitual.
El desconocimiento de la etiopatogenia de la fibromialgia imposibilita por el momento un tratamiento efectivo. La mayoría de los pacientes pasa por profesionales de ámbitos muy diversos con un resultado poco satisfactorio: médico de cabecera, reumatólogo, traumatólogo, psicólogo, psiquiatra, rehabiltador, neurólogo, homeópata, fisioterapeuta.
RESULTADOS DEL ESTUDIO
El objetivo de la investigación era valorar la influencia de un programa de 16 semanas de actividad física adaptada con soporte musical sobre la condición física y calidad de vida en pacientes diagnosticados de fibromialgia. Para ello, 70 sujetos diagnosticados de fibromiagia (35 grupo experimental, 35 grupo control) fueron sometidos a siete procesos de valoración principal pre y post-programa.
Los resultados de la investigación indican que los pacientes que siguieron el programa de actividad física tuvieron las siguientes mejoras en su condición física: 60 por ciento de fuerza máxima, 130 por ciento de fuerza resistencia del tren superior, 57 por ciento de fuerza resistencia del tren inferior, 30 por ciento de flexibilidad, 28 por ciento de potencia y resistencia aeróbica, 14 por ciento en velocidad y equilibrio.
La mejora de la condición física se vio acompañada de una mejora en todos los ámbitos de calidad de vida: 21 por ciento en la función física, 21 por ciento en vitalidad, 25 por ciento en función social, 15 por ciento en función emocional y salud mental; una reducción del 58 por ciento en la sensación de dolor corporal y un 60 por cientoen la duración de sueño. El grupo de control que no siguió el programa de actividad física no obtuvo mejoras significativas ni en su condición física ni en su calidad de vida.
Las conclusiones del estudio inciden en el hecho de que un programa de actividad física adecuadamente adaptado es de momento el mejor tratamiento para aliviar la sintomatología característica de los pacientes de fibromialgia. Posiblemente la mejora de la condición
física, el efecto social y emocional de la actividad física y la influencia que tiene la actividad física sobre la liberación de endorfinas y sobre la regulación del metabolismo de la serotonina (neurotransmisor que regula el dolor) pueden ser la explicación de estas mejoras.
Durante el curso académico 2003-2004 se observará que programa de actividad física tiene efectos más beneficiosos sobre la sintomatología de la fibromiaglia –actividad acuática, tai-chi, programa de fuerza, programa de bicicleta–; y se valorará la influencia de la actividad física sobre el metabolismo neurohormonal.